Comunidades energéticas, la clave para un futuro sostenible

La transición hacia un modelo energético más sostenible y respetuoso con el medio ambiente se ha convertido en una cuestión de emergencia. De hecho, el último informe climático del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) advierte que es urgente actuar para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, si queremos un futuro habitable.

Como ya debes saber, la lucha contra el cambio climático es conjunta e implica a todo el mundo. Y una de las soluciones más innovadoras y efectivas que se están planteando para conseguirlo son las Comunidades Energéticas.

Hoy aprovechamos este espacio para explicarte qué son exactamente estas comunidades, qué ventajas presentan y por qué son una buena herramienta de eficiencia energética.

¡Todos los detalles aquí abajo!

¿Qué son las comunidades energéticas?

Una Comunidad Energética es un conjunto de personas, empresas o instituciones que deciden unir sus fuerzas para producir, distribuir y consumir energía de una manera más eficiente, sostenible y justa, con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y su dependencia de fuentes de energía fósil y de las compañías eléctricas.

Las Comunidades Energéticas utilizan fuentes de energía renovables para generar electricidad, como por ejemplo paneles solares, turbinas eólicas, hidráulicas, baterías de almacenamiento o biomasa, y esta energía es compartida entre los miembros de la comunidad.

Esta unión implica que la red energética se convierte en una red local, que es gestionada y controlada por la misma comunidad. Por lo tanto, empodera a los participantes, puesto que son los propios miembros los que toman las decisiones sobre el uso de la energía.

Definición jurídica de Comunidades Energéticas en el Real Decreto Ley 23/2020.

“Entidades jurídicas basadas en la participación abierta y voluntaria, autónomas y efectivamente controladas por socios o miembros que están situados en las proximidades de los proyectos de energías renovables que sean propiedad de estas entidades jurídicas y que estas hayan desarrollado, los socios o los miembros de las cuales sean personas físicas, pymes o autoridades locales, incluidos los municipios y la finalidad primordial de los cuales sea proporcionar beneficios medioambientales, económicos o sociales en sus socios o miembros o en las zonas locales donde operan, en lugar ganancial financieros.”

El funcionamiento activo de una comunidad energética implica muchísimas actividades, pero según el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua estas son las más relevantes:

  • Generación de energía que proceda de fuentes renovables
  • Proporcionar servicios de eficiencia energética (incluyendo, por ejemplo, renovaciones de edificios)
  • Suministro, consumo, agregación y almacenamiento de energía y potencialmente distribución
  • Prestación de servicios de recarga de vehículos eléctricos u otros servicios energéticos

Otro elemento importante de estas comunidades es su capacidad para fomentar la eficiencia energética y la conciencia sobre el uso de la energía. A través de programas de ahorro de energía, las comunidades pueden educar a sus miembros para potenciar la reducción del consumo de energía. Esto no solo ayuda a reducir el coste de la energía, sino que también promueve la sostenibilidad ambiental.

Imagen Comunidades Energéticas

Además, las Comunidades Energéticas son un instrumento para luchar contra la pobreza energética, puesto que suponen una medida de ahorro económico importante para muchas familias, especialmente las más vulnerables. La factura de luz se reduce notablemente porque son una forma de autoconsumo colectivo donde los participantes se benefician de la energía que ellos mismos producen.

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¿Qué ventajas presentan las Comunidades Energéticas?

A pesar de que son un concepto relativamente nuevo, esta manera de organizarse energéticamente está generando un gran interés a nivel mundial. De hecho, se ha convertido en una herramienta clave para la transición hacia un modelo energético más sostenible. Y es que son innumerables las ventajas que presentan las Comunidades Energéticas. Aquí te dejamos las más destacadas.

  • Fomento del autoconsumo e independencia energética. Se evita la dependencia sobre las compañías eléctricas convencionales y se aumenta la competitividad en la industria.
  • Preservación y respeto al medio ambiente. Se lleva a cabo una disminución de la energía consumida, un aumento de energía renovable distribuida y una reducción de los combustibles fósiles utilizados. Esto desemboca en la disminución de las emisiones de gases contaminantes que provocan el cambio climático.
  • Empoderamiento ciudadano. Con su modelo de organización, promueven la participación ciudadana en el desarrollo de un modelo energético sostenible y democrático, puesto que sus miembros tienen un papel activo en la gestión y la toma de decisiones.
  • Ahorro económico. Al generar y consumir energía de fuentes renovables, se reducen los costes energéticos.
  • Impulso de la economía local. Este sistema ofrece la posibilidad de generar ingresos a través de la comercialización de la energía, permaneciendo el beneficio en el ámbito de la comunidad.
  • Acceso democratizado. Ofrecen a los ciudadanos un acceso justo y simplificado a recursos de energía limpia y renovable, pudiendo incluso beneficiarse de inversiones en estos.

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¿Cómo se pone en marcha una Comunidad Energética?

Como ya te hemos explicado, las Comunidades Energéticas son una fórmula para que las personas protagonicen el cambio hacia un modelo energético sostenible. Sus miembros suelen ser ciudadanos, empresas, cooperativas, ayuntamientos u otras organizaciones, que se agrupan y conforman una comunidad para promover conjuntamente el uso de energías renovables y reducir su huella ecológica.

Aunque resulten una fórmula ideal, la creación de una comunidad energética local no se lleva a cabo de un día para otro. Es muy importante llevar a cabo una serie de fases para implementarla y que todos los usuarios se beneficien de la energía.

Para empezar, las comunidades energéticas nacen con la creación de una entidad jurídica (cooperativa, asociación, sociedad limitada, comunidad de bienes, etc.), que es autónoma y se organiza de manera participativa, democrática y sin ánimo de lucro. Los miembros que forman parte de ella se implican directamente en la planificación y la puesta en marcha de medidas para la implantación de un sistema de energías renovables en la producción, el consumo y la distribución de la energía generada, así como en acciones enfocadas a la eficiencia energética y sostenibilidad.

La redacción del proyecto y el estudio detallado de la Comunidad Energética requieren un profesional o empresa cualificada en esta tarea. Según la actividad de la comunidad, la cantidad de miembros y los medios tecnológicos que se utilicen, pueden surgir otras necesidades distintas que requieren expertos y de perfiles profesionales.

Una vez definida la comunidad técnica, económica y jurídicamente, se tiene que hacer la petición de permisos y licencias a la empresa distribuidora y a las administraciones locales y regionales. Y, después, los miembros de la comunidad podrán contratar la instalación necesaria para poder llevar a cabo la producción de energía sostenible.

Finalizada la instalación, la Comunidad Energética puede empezar a generar energía y a compartirla entre sus miembros.

Casos de éxito a Europa

Las Comunidades Energéticas empezaron a desarrollarse a Europa hace más de una década. Esta forma de cooperación en la generación de energía limpia se ha ido expandiendo y ha ido acumulando diferentes casos de éxito en el territorio europeo, que merece la pena conocer.

Coopérnico (Portugal):

Coopérnico es una cooperativa de energía renovable fundada en Lisboa. Su misión es generar energía solar para la comunidad local. Esta iniciativa nació en 2016, cuando Nuno Brito agrupó a 16 personas con una inquietud común: la democracia participativa. El primer proyecto que llevaron a cabo fue invertir en un pequeño huerto solar. Hoy en día, ya son más de 1800 miembros que han invertido alrededor de dos millones de euros en 21 huertos solares, con una potencia de 1,9 MWp.

Por otro lado, alquila los tejados de instituciones sociales para proyectos de energía solar y así generar ingresos extras. Además, también está activa en el sector de la comercialización, puesto que vende energía a sus miembros a un justo precio y garantiza que la producción eléctrica sea superior al consumo de sus miembros.

Windpark Krammer (Países Bajos):

Windpark Krammer, en funcionamiento desde el 2019, es otro proyecto que aprovecha las fuentes de energía renovables para producir energía limpia. En este caso, el viento. Este parque eólico está ubicado en los Países Bajos, en las provincias de Zelanda y Brabante. Se trata de un proyecto conjunto de dos cooperativas, Zeeuwind y Deltawind, que han unido fuerzas y han conseguido crear uno de los mayores parques eólicos cooperativos de Europa.

El Windpark Krammer cuenta con más de 5.000 miembros, un total de 34 turbinas eólicas, cada una con una capacidad de generación de 3,3 MW. Todo ello resulta en una capacidad total instalada de 112,2 MW. La energía generada por el parque eólico se utiliza para proveer a unos 100.000 hogares y se estima que reduce las emisiones de CO₂ en aproximadamente 200.000 toneladas por año.

La Comunidad Energética de Watteco

Si profundizamos en las Comunidades Energéticas, hay muchas variantes y modos de clasificarlas. En el caso de Watteco, somos una comunidad especial que agrupa características de distintos tipos.

Por un lado, somos una Comunidad Energética Virtual en la que nuestros miembros comparten los beneficios de la producción y el consumo de energía renovable a través de la aplicación y la plataforma virtual de Watteco, sin la necesidad de estar físicamente conectados o ubicados en un mismo territorio, cerca de los paneles solares.

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Por otro lado, Watteco también es una comunidad energética de financiación, ya que nuestros miembros están unidos con el objetivo de financiar un proyecto de energía renovable. Por tanto, no todos nuestros miembros producen o consumen energía renovable. Algunos de ellos son promotores que impulsan económicamente la instalación de placas solares de nuestros proyectos con inversiones a través de la aplicación o la compra de títulos participativos. Estas inversiones ganan una rentabilidad en función de la energía generada en los proyectos donde se ha invertido.

Como retorno de la inversión, los inversores cuentan con una “cartera energética virtual”, con la que pueden comprar productos de proximidad y sostenibles pagando con el dinero acumulado. ¡De este modo también ayudamos a impulsar al comercio local y responsable de pueblos y ciudades!

Además, Watteco también es una Comunidad Ciudadana de Energía, ya que se centra en la participación activa de los ciudadanos en la transición energética, dándoles un importante papel en la planificación, financiación y gestión de los proyectos de energía renovable. De hecho, va más allá. Y es que uno de los ejes de Watteco es fomentar la creación de una red de producción y consumo a nivel local y reducir la dependencia energética de la red eléctrica tradicional. Por tanto, también es una Comunidad Energética Local.

Si quieres formar parte de un proyecto de energías renovables y ayudar a hacer realidad diferentes proyectos sostenibles, no dudes en hacer tu aportación a través de la app de Watteco (Android / iOS).

¿Cómo se puede financiar una Comunidad Energética?

Una de las condiciones que se tienen que cumplir para crear una Comunidad Energética es conseguir financiación. Hay diferentes maneras de hacerlo, como por ejemplo fondos propios, créditos bancarios, subvenciones gubernamentales…

Informarse antes de decidir cuál es la fuente de financiación es vital para el buen desarrollo de los pasos posteriores. Es por eso que queremos explicarte cuáles son las ventajas y las desventajas de cada una de las opciones que existen.

Antes que nada, te presentamos la tabla de financiación de Comunidades Energéticas que hemos elaborado desde Watteco con los pros y los contras de cada una de las fuentes de financiación.

Tabla de financiación Comunidades Energéticas Watteco

Después de dar un vistazo a la tabla, habrás podido ver que son múltiples las opciones que tenemos para tirar adelante una Comunidad Energética:

  • Inversión propia: es necesario contar con la cantidad de dinero que supone el coste de una instalación fotovoltaica. En este caso, la agilidad es muy alta porque la persona dispone del capital necesario y no supone ningún coste extra, pero no tiene ningún componente de innovación ni tampoco social.
  • Subvención pública: igual que la inversión propia, no supone ningún coste extra porque la administración proporciona el dinero, después de hacer la solicitud y que sea aceptada. Al contrario, este trámite no es nada ágil porque las subvenciones tardan mucho en tramitarse. Tampoco tiene ningún componente innovador, pero sí que suele contar con algún impacto social, puesto que esta energía puede ir destinada a proyectos concretos como por ejemplo el suministro de electricidad del comercio de algún barrio.
  • Banca tradicional: tiene un coste muy elevado por los intereses que se tienen que pagar en el banco que te presta el dinero. Pese al coste, no es muy ágil y se tienen que hacer diferentes trámites y solicitudes durante el proceso. Tampoco es una vía de financiación innovadora ni social, puesto que la banca es una empresa privada que vela por su propio enriquecimiento.
  • Banca ética: es la mejor opción dentro de los bancos porque solo se dedica a financiar proyectos con fines sociales. Presenta un coste extra, los intereses, que suelen ser más bajos que los de la banca tradicional. Es más ágil que otras vías como las subvenciones públicas, pero tiene una serie de trámites burocráticos durante el proceso que retrasan bastante que llegue la financiación.
  • Contratos SE (Energy Service): financiación donde pagas en función de lo que ahorras. En este caso, la rapidez en que se consiguen el dinero es alta, ya que se trata de un modelo de financiación que ofrece la propia empresa instaladora. Podríamos decir que esta modalidad es más innovadora que la banca tradicional, pero que no tiene ningún impacto social porque es un pacto que se acaba haciendo entre un cliente con la empresa instaladora.
  • Crowdfunding: esta opción de financiación también tiene un coste, puesto que las plataformas de crowdfunding suelen cobrar una comisión para los proyectos que se publican. Además, los proyectos de crowdfunding también pueden tener otros costes asociados, como por ejemplo los gastos para la producción de las recompensas que se ofrecen a los inversores, los costes de publicidad y marketing para promocionar el proyecto, los gastos legales para la preparación de los documentos necesarios para la recaudación de fondo, entre otros. No es muy ágil porque conseguir la financiación comporta unos trámites. Además, normalmente las campañas suelen durar dos o tres meses. Aun así, el plan de modelo de financiación es muy innovador, puesto que nació a finales del siglo XX. Finalmente, tiene un componente social porque es un modelo participativo, abierto a todo el mundo que quiera contribuir a un proyecto determinado.
  • Watteco: somos una cooperativa que seguimos un modelo de crowdfunding, pero el coste es menos elevado y el proceso de financiación es mucho más ágil, innovador y social, puesto que todos los beneficios que se extraen después de la instalación revierten en el municipio o al grupo de personas que han participado en el proyecto.
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Esperamos que este artículo te haya ayudado a comprender mejor este nuevo modelo de organización energética. Si quieres poner en marcha una comunidad, no dudes en contactar con nosotros a través de nuestro formulario y nuestro equipo de expertos te pondrá al día de todo el proceso.

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